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Pese a que los avistamientos y encuentros con cocodrilos en zonas turísticas se han vuelto cada vez más frecuentes, las autoridades ambientales y académicas de Jalisco y Nayarit buscan pasar de la reacción a la prevención.
Este martes se celebró la Primera Mesa de Trabajo Interinstitucional sobre la Relación Humano-Cocodrilo, un espacio convocado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) para diseñar una estrategia que regule y minimice los riesgos de interacción entre personas y cocodrilos, principalmente en contextos urbanos y turísticos de la región costera.
Durante el encuentro, en el que participaron autoridades estatales, federales, investigadores, universidades y representantes del sector empresarial, se acordó diseñar un plan de acción con tres ejes estratégicos: vinculación institucional, educación y comunicación social, y prevención y vigilancia.
Entre las medidas destacadas está la elaboración de una campaña de educación ambiental que combata la desinformación sobre la especie, promueva la señalización adecuada en zonas de riesgo, y capacite a personal que atiende incidentes en campo.
“El enfoque de esta estrategia es preventivo, educativo y territorial, pero también parte del reconocimiento del cocodrilo como una especie con valor ecológico, no como una amenaza. La clave es la convivencia responsable”, señaló un representante de Semadet durante la jornada.
A la mesa asistieron representantes del Centro Universitario de la Costa (CuCosta), el Gobierno Municipal de Puerto Vallarta, expertos del Parque Estatal Estero El Salado, investigadores de la Universidad de Guadalajara e independientes, así como funcionarios de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Secretaría de Marina (Semar), además de autoridades del Gobierno de Nayarit.
La iniciativa, afirmaron los participantes, marca el inicio de una agenda conjunta que busca proteger tanto a las comunidades locales como al patrimonio natural del litoral, donde el crecimiento urbano y turístico ha reducido el hábitat de especies como el cocodrilo de río (Crocodylus acutus), aumentando las probabilidades de interacción con humanos.
Las instituciones reiteraron su compromiso de trabajar coordinadamente para implementar soluciones basadas en evidencia científica y gestión ambiental, sin criminalizar a la fauna silvestre.
“Los cocodrilos no invaden, simplemente sobreviven”, concluyó uno de los investigadores presentes.





