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Treinta años y seguimos de Kiosco en Kiosco, y en esta visita al municipio de Gómez Farías, don Cornelio pudo conversar con el señor Efrain Álvarez, responsable de fomento artesanal en la región.
Principalmente su charla se centró en la elaboración de los petates, considerado producto endémico, ya que la zona es rica en el llamado tule rollizo, una de las variedades idóneas para la elaboración de este artículo tradicional con tantos usos en el campo jalisciense.
Desde San Sebastián del Sur, cabecera del municipio, Álvarez explico que de la llamada laguna de Zapotlán, la mayor parte pertenece al territorio de Gómez Farías.
“Ahí se da mucho el tule, hay diferentes variedades, pero el que se utiliza prácticamente para el petate, es el rollizo, por que aguanta pero es a la vez blando. Es una fibra, así que es calientito cuando se debe y fresco en tiempos de calor. Entonces esto se ha usado por muchísimo tiempo”.
También Efraín narra los tiempos en que se realizaban los famosos “viajes”, en los que artesanos locales llevaban sus productos a otros puntos de la región en incluso más allá.
“Hacían sus columnas de sillas, sus tercios de tule y se lo llevaban a diferentes partes de aquí de la región e incluso a Colima. Enrollaban los tercios y los llevaban en sus los animalitos; en el caso personal me tocó que platicara mi mamá que mi abuelito Victoriano llevaba sillas, petates y de vez en cuando la hortaliza. Muchos de ellos transportaban en sus burritos, sus mulas o lo que tuvieran, hasta la estación del Manzano, que ahora ya son sólo vestigios. Hasta ahí se trasladaban, subían sus cosas y de ahí se iban a Colima”.
Respecto al cultivo de hortalizas explica que antes el lago no cubría tanta extensión, y por entonces era una tierra muy fértil donde se cultivaba jitomate, tomate, rábano e incluso fresa. Pero que el petate era muy importante porque en muchos municipios de Jalisco se utilizaban unos cajones forrados de fibra en los que se conservaban productos como el chile para su transportación y comercio.
“De aquí del municipio llevaban el petate para que se protegiera el chile, lo cubrían de nevadas, del frío y después lo utilizaban para guardarlo. Lo hacían como tipo caja, el petate. Entonces era muy útil no solo por ser el ‘colchón ortopédico’, sino que se utilizaba en muchísimas situaciones. Gracias a esto se mantuvieron muchísimas familias y hasta la fecha se sigue elaborando aquí”.
Finalmente comenta sobre la expresión “se petateó” y el cómo, ante la carencia de recursos para un ataúd, se acostumbraba envolver al fallecido en un petate.
Estas y otras anécdotas caben en una sola emisión del programas señero de la televisión en Jalisco.