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El despido del humorista televisivo Jimmy Kimmel, una de las caras más conocidas de la televisión estadounidense, provocó la indignación de la izquierda y el regocijo de conservadores, liderados por el presidente Donald Trump, y reabrió el debate sobre la libertad de prensa.
“Puedes decir que se trata de libertad de expresión, o no, [pero] fue despedido por falta de talento”, declaró Trump desde Gran Bretaña, donde se encuentra en visita de Estado.
El mandatario republicano, anteriormente estrella televisiva y muy pendiente de la cobertura que le dan las grandes cadenas, fue uno de los primeros en celebrar el despido de Kimmel, justo antes del arranque de su show, el jueves en la noche en ABC.
Kimmel, que presentó en varias ocasiones la gala de los Óscar, dijo en su show tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk: “esta pandilla de los MAGA está desesperadamente intentando caracterizar a este chico que mató a Charlie Kirk como cualquier cosa menos uno de ellos”.
Esa declaración provocó su despido fulminante, en un país que puso la libertad de expresión como primera enmienda a su Constitución.
Kirk simbolizaba a sus 31 años los profundos cambios que ha experimentado el panorama audiovisual: un creador de su propio contenido, a través de videos cortos masivamente difundidos en redes sociales y YouTube.
Antes de viajar a Europa esta semana, Trump presentó una demanda de 15 mil millones de dólares contra el New York Times. En el pasado ya logró indemnizaciones de ABC y Paramount, y en julio también interpuso una demanda contra el Wall Street Journal.
“Después de años de quejarse sobre la cultura de la cancelación, la administración actual ha llevado esto a un nivel nuevo y peligroso al amenazar rutinariamente con medidas regulatorias contra las empresas de medios a menos que silencien o despidan a los reporteros y comentaristas que no le agradan” reaccionó el expresidente demócrata Barack Obama.
El ahora retirado presentador David Letterman señaló de su parte que “ya vemos para donde va todo esto, ¿cierto? Medios bajo control. Y no es bueno”.
Devolver la licencia
“Estamos volviendo a esa época en la que las estaciones de televisión locales, en función de lo que consideran el interés público, deciden lo que piensa el pueblo estadounidense“, advirtió el presidente del organismo regulador del sector, Brendan Carr, nombrado por Trump.
Si a las cadenas televisivas “no les gusta, tienen una solución: pueden devolver su licencia” de emisión, lanzó Carr en declaraciones a Fox News.
Más allá de la guerra cultural que se libra en los platós televisivos, la decisión de despedir a Kimmel coincide con una gran operación para fusionar Nexstar, una poderosa distribuidora de shows televisivos a través de emisoras locales, con su rival Tegna, una operación valorada en 6 mil 200 millones de dólares.
Ese tipo de operaciones necesitan la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) dirigida por Carr.
Los demócratas anunciaron que presentarán una proposición de ley en el Congreso para proteger la libertad de expresión, aunque no disponen de mayoría en ninguna cámara.
Los niveles de audiencia de las cadenas televisivas tradicionales van en descenso.
El humorista Stephen Colbert anunció el 17 de julio que su programa nocturno, “The Late Show”, también iba a desaparecer.
Su propietario, la cadena CBS, no explicó las razones, pero observadores del sector audiovisual destacaron que “The Late Show” perdía millones de dólares anualmente.
Algunas estrellas se reinventan en YouTube, como el presentador Tucker Carlson, fulminantemente expulsado de Fox News en abril de 2023, después de que la cadena tuviera que pagar centenares de millones de dólares para saldar una demanda judicial por su culpa.
© Agence France-Presse