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Más allá de los tragos y la camaradería, la cantina se revela como un testigo privilegiado de la historia y la cultura de Guadalajara. Así lo demuestra el programa Las Cantinas de Don Cornelio, de Jalisco TV, que bajo la conducción de Cornelio García Ramírez ofrece un recorrido que entrelaza muralismo, gastronomía y socialización, mostrando que la identidad jalisciense se bebe, se come y se conversa.
El episodio más reciente comienza en el Instituto Cultural Cabañas, donde García Ramírez rinde homenaje a José Clemente Orozco, recordando obras monumentales como El Prometeo y El hombre en llamas, y destacando la obsesión del muralista por la figura humana, incluso después de perder un brazo. Este punto de partida establece la tradición artística que permea toda la serie.
La ruta cultural continúa en la birriería El Paisano, en el emblemático barrio de Las Nueve Esquinas. Ahí, el “guadalajarólogo” Juan José Doñán ofrece un contexto histórico sobre la birria, platillo nacido en la antigua Nueva Galicia como un recurso para enriquecer la carne de chivo con un adobo que combinaba sabores prehispánicos y europeos. Este mestizaje culinario, explica Doñán, es tan definitorio de la región como el mariachi.
“En este programa les hablaré de José Clemente Orozco, los llevaré a que conozcan la famosa cantina La Fuente y nos echaremos unos tequilas con dos moneros jaliscienses muy famosos, famosisimos y hasta daremos un p aseo en Calandria”, invitó Don Cornelio.
La exploración de cantinas incluyó a la famosa cantina La Fuente, fundada en 1921 y reubicada tras la creación de la Cruz de Plaza en 1945. La barra, testigo de generaciones de tapatíos, alberga objetos con historias propias, como la bicicleta colgada por un parroquiano ferrocarrilero. El espacio también refleja cambios sociales: con la llegada de mujeres a partir de 1985, se diversificó la clientela y se elevó el nivel cultural del lugar.
El programa se torna particularmente reflexivo con la participación de los caricaturistas Jis y Trino, creadores de La Chora Interminable y personajes como El Santos y La Tetona Mendoza. Entre risas y debate, discuten si la caricatura puede considerarse un arte mayor.
Trino defiende al luchador como “superhéroe mexicano” y la relevancia de la caricatura, mientras García Ramírez plantea que “necesita un pie de foto para que te explique”, generando un diálogo que combina humor y reflexión sobre la creatividad local.
Las Cantinas de Don Cornelio logra, con un lenguaje cercano y tono accesible, rendir homenaje a la memoria colectiva jalisciense. Más que bares o platillos, el programa muestra que los espacios, los sabores y el arte son eslabones de una misma cadena cultural, resultado de un mestizaje que define a Guadalajara.
El recorrido de García Ramírez invita a los tapatíos no solo a visitar estos lugares, sino a descubrir la narrativa escondida en cada esquina, en cada trazo de monero y en cada sorbo de tequila reposado, reafirmando que la cantina es, en definitiva, un palimpsesto de la identidad jalisciense.