Share This Article
Reconocido principalmente por sus piezas de contexto taurino, Santiago Flores nació en Guadalajara Y desde muy pequeño se interesó por el dibujo y más adelante por la escultura, un poco por influencia de su hermano, quien abrió el camino en esta, cuando ambos decidieron estudiar en la escuela de artes que por entonces funcionaba en el parque Agua azul.
Admite como principal influencia a su padre, quien dibujaba y se dedicó al grabado en piel; al final, el ejemplo resultó determinante, pues fueron tres los hermanos que tomaron las artes como medio de vida.
“Yo creo que Dios a todos nos da un talento, y a mí me dio poquito en el dibujo y la escultura”, dice el maestro, quien confiesa que de muy niño quiso ser torero, e incluso llegó a intentarlo, aunque para fortuna de las bellas artes no tuvo suerte y se dedicó de lleno a la plástica.
Cuenta que en sus inicios en la escuela de artes fue su hermano el que eligió escultura, mientras el tomaba dibujo y pintura, y tras dejar un tiempo los estudios, regresó pero ya a la disciplina en la que ha destacado hasta la fecha.
Al poco fue invitado por uno de sus maestros a colaborar en su taller, y ese llamado habría de señalar definitivamente su vocación de vida.
Aunque reconoce la recurrencia en lo taurino y lo charro, ha realizado numerosos bronces abarcando gran diversidad de temas o personajes y sus piezas han transcendido las fronteras de Jalisco.
En particular se enorgullece de la efigie monumental de Miguel Hidalgo ubicada en la plaza de la Liberación y que llegó a elaborar tras ser elegido en una convocatoria abierta.
Conoce los detalles de su trayecto vital y artístico en esta pieza de Rúbrica.