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En vísperas de la 67ª edición de los Premios Ariel, el programa de Jalisco TV Todxs Tenemos Una Opinión dedicó su más reciente emisión a analizar la relevancia de la ceremonia que reconoce lo mejor del cine mexicano. Conducido por Anah Monterrubio e invitados como el investigador de cine Guillermo Vaidovits Schnuerer y el guionista Francisco Payó, el programa ofreció un recorrido que abarcó desde la historia de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) hasta las tendencias actuales del cine nacional.
Vaidovits recordó que la AMACC se fundó en 1946, inspirada en la Academia de Hollywood, con el propósito de “fomentar una superación, una mejora del cine mexicano”. También destacó que la estatuilla del Ariel, creada por el escultor Ignacio Asúnsolo, se inspira en un espíritu de Shakespeare y porta un águila a sus pies, símbolo de excelencia y vigilancia artística.
La discusión puso especial énfasis en la descentralización de los premios, que este año se celebran por primera vez en Puerto Vallarta. Según los participantes, esta decisión representa un aire nuevo para la ceremonia, que en ediciones anteriores había sufrido una falta de atención por parte del público y la prensa. Payó señaló que la transmisión de la gala a través de plataformas accesibles ha permitido un mayor “engagement” con los espectadores, fortaleciendo la cultura cinematográfica.
“El Ariel es sinónimo de calidad, de excelencia, de logros, por supuesto que es importante, como lo dicen los cineastas, el Ariel es casa, es tu familia, es tu gente, no va a dejar de tener esa connotación ”, resaltó Francisco Payó.
Durante la emisión, se compartieron mensajes de nominados, entre ellos Ernesto González Díaz, director del documental Concierto para otras manos, y Ale Cosío, nominada a Mejor Revelación Actoral por La Rera.
En cuanto a los contenidos cinematográficos, los invitados destacaron la calidad y diversidad de las producciones de esta edición, con fuerte presencia del talento jalisciense.
Se mencionaron películas como Corina, de Úrsula Barba, con nueve nominaciones, y la adaptación de Pedro Páramo de Netflix, que “arrasó” en varias categorías. Asimismo, se reconoció el crecimiento del cine documental en México, un género que ahora se percibe como “experiencia cinematográfica” más allá de su función tradicional.
Payó subrayó la relevancia del trabajo detrás de cámaras, desde guionistas y fotógrafos hasta diseñadores de producción, recordando que aunque algunos no estén nominados, su labor es crucial para el éxito de las películas.
“Se ha refrescado el cine mexicano, es una buena época para él, y con ello también para el Ariel, si el cine mexicano es bueno, también es un reflejo el Ariel. Muchas cosas buenas que están pasando en Jalisco, se reflejarán en el Ariel”, agregó el cineasta.
A lo largo del programa, se reafirmó la misión cultural de los Premios Ariel: más que un galardón, son un espaldarazo para los creadores, un incentivo a la excelencia y un reconocimiento a trayectorias consolidadas. Para la industria, un Ariel es sinónimo de calidad y visibilidad, tanto para talentos emergentes como para veteranos que han dedicado su vida al cine mexicano.La emisión de Todxs Tenemos Una Opinión evidenció cómo los medios y la cinematografía pueden colaborar para fortalecer la cultura nacional. Al abrir un diálogo sobre las películas, las nominaciones y la historia de los premios, el programa contribuye a que la celebración del cine mexicano no sea un evento de puertas cerradas, sino un festival que “sea parte realmente de México”.