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El conductor Cornelio García tiene claro que “el mejor lugar en la vida, donde hay un amigo o donde podemos encontrarlo…es en una cantina” . Bajo esta premisa, el programa “Las Cantinas de Don Cornelio” de Jalisco TV se ha consolidado como un espacio que rescata y celebra las tradiciones que dan forma a la identidad del Occidente y el Bajío mexicano. Lejos del sensacionalismo, la emisión aborda estos establecimientos como auténticos centros de convivencia, historia y cultura.
El episodio más reciente, ambientado en Aguascalientes, refleja las costumbres que hermanan a la sociedad jalisciense con sus vecinos. Más allá de mostrar la oferta de bebidas, el programa se adentra en la raíz cultural, gastronómica y artística de la vida cotidiana en estas localidades.
Más Allá de la Botella: Arte y Raíces Hidrocálidas
La travesía comienza honrando al grabador José Guadalupe Posada, creador de figuras icónicas como La Catrina. La visita al Museo Posada, en el Barrio del Encino, subraya cómo el arte popular, al igual que las cantinas, funge como un medio de comunicación directo con la gente. Según Horacio, encargado del taller, “Posada es reconocido por la manera de expresar en su trabajo sus grabados… sabía comunicar… sobre todo a la gente humilde”. Esta conexión entre arte accesible y vida cotidiana resuena con la filosofía del programa.
La cantina también se presenta como un espacio ligado a la gastronomía regional. El programa destaca cómo el ferrocarril, al alimentar al pueblo en Aguascalientes, fomentó la competencia entre cantinas para ofrecer la mejor comida, creando una fusión entre fonda y bar que aún perdura.
Menudo y Remedios: La Cocina como Cura
Un elemento esencial de la cultura cantinera es el ritual post-fiesta. El programa documenta la tradición del menudo de Doña Toña como remedio para “regresar el alma al cuerpo” . Antonia Padilla González, cuya familia tiene 47 años en el negocio del menuso, comparte la herencia de esta costumbre que se consolida como parte de la identidad local.
El historiador y gastrónomo Carlos Reyes Agún confirma la función social de este platillo: “es muy común que el que se pasa de copas que tiene una noche muy agitada busque curársela la crudeza y entonces busca o un buen menudo o una buena birria”, un escenario que se repite en todo el Occidente de México.
Recetas Secretas y Patrimonio Regional
La cantina “Mi Cantón” resalta la importancia de las bebidas emblemáticas. Aquí, el anfitrión Ramiro presenta “El Amargo”, un tequila macerado con hierbas y pasitas cuya receta es secreta. La bebida de la casa, junto con un ambiente de confianza, son elementos que definen a las cantinas históricas, como las que sobreviven en Tlaquepaque o Guadalajara.
En Calvillo, la conversación con el exgobernador Martín Orozco, autor de un libro sobre cantinas, refuerza la idea de preservar estas tradiciones. Orozco subraya que “la magia de estos lugares radica en la experiencia. En la cantina la tradición es desde cómo preparan las bebidas [y] las botanas, lo que puedes platicar en confianza con los parroquianos y la parte antigua, la tradición”. En esta localidad se degusta “La Bomba”, mezcla de ron, brandy, vodka y vino tinto, cuyo nombre evoca una explosión de sabor capaz de “solucionar cualquier problema”.
“Las Cantinas de Don Cornelio” demuestra que estos establecimientos son más que puntos de venta de alcohol; son repositorios de historia oral, gastronomía popular y del espíritu de una región que, pese a las fronteras políticas, comparte un profundo sentido de pertenencia. Así, Jalisco TV se convierte en un aliado en la documentación y celebración del patrimonio inmaterial del Bajío mexicano, recordándonos que la tradición, en estas cantinas, sigue viva.