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La llegada de Miguel Hidalgo a Guadalajara en noviembre de 1810 no solo marcó un hito en la lucha insurgente, también transformó para siempre el rostro de una ciudad que entonces apenas rebasaba los límites de una villa provinciana.
Así lo explicó Daniel López, colaborador de Patrimonio e Historia de Jalisco, en el programa “Elementos” de Jalisco TV, donde ofreció un retrato de la urbe, la ruta del caudillo y las decisiones, algunas luminosas y otras trágicas, que dejaron huella en la memoria jalisciense.
La conversación, conducida por la periodista Tamara Malano, reconstruyó la dimensión de aquel momento crucial para la historia de Jalisco y de México.
Una Guadalajara a escala reducida
Con apoyo de un mapa de la época, el colaborador de Patrimonio e Historia de Jalisco, explicó que la ciudad era mucho más pequeña de lo que hoy conocemos. Sus límites se extendían hasta el Ex Convento del Carmen al poniente, el pueblo de Mexicaltzingo al sur y el río San Juan de Dios al oriente. En ese escenario compacto, la entrada del Ejército Insurgente significó un acontecimiento de enorme impacto social y político.
El camino de Hidalgo
El especialista señaló que el líder independentista probablemente ingresó por la garita de San Pedro, en Tlaquepaque, para después cruzar el puente que conducía a la Alameda, hoy parque Morelos, y finalmente llegar al corazón de la ciudad. Recordar este trayecto, apuntó López, permite a los habitantes actuales caminar con mayor conciencia histórica por las calles donde también se gestó el decreto de abolición de la esclavitud.
Una decisión polémica
La entrevista también abordó uno de los episodios más controvertidos de la estancia de Hidalgo en Guadalajara: la ejecución de más de 500 españoles.
“Fue justo en esa barranca que ya empezaba ahí, que ahora la conocemos como Alcalde Barranquitas, pero a esa barranca más de 500 españoles fueron llevados desde el antiguo Colegio de San Juan que se encuentra donde está la biblioteca iberoamericana, fueron mandados a degollar, fueron acuchillados y fueron arrojados a la barranca, en una escena trágica de una decisión quizá muy poco atinada del cura Hidalgo en su ingreso aquí a Guadalajara, por miedo a una posible insurrección de los españoles”, recordó.
Cuando se le cuestionó la falta de un juicio, se dice que Hidalgo respondió: “Yo sé que son inocentes”. Esta decisión, explicó López, revela la complejidad del personaje y la crudeza del periodo insurgente en el occidente del país.
De esta manera, el especialista busca que se conozcan los matices de los “héroes de la patria”, pues el virtuosismo de la historia, casi nunca nos permite ver los claroscuros, de los mismos.
Con testimonios como este, el programa busca invitar a la audiencia a recorrer la ciudad con una mirada distinta: la de quienes reconocen en sus calles y plazas no solo el paso de la historia, sino los dilemas y contradicciones de los hombres que la forjaron.